lunes, 14 de julio de 2014

UN FLORERO QUE QUERÍA SER FUENTE

Hay en Spello un palacio y en él un patio. En el atrio ya te atrae el frescor de las bóvedas y el silencio de las cosas bien hechas. Una vieja damajuana de cristal con su panza rebosante de agua fresca, ¿ qué le vamos a hacer sí no hay un surtidor de agua? . Para crecerse y hacerse perdonar por no poder calmar la sed del sediento, se convierte en florero. Y esas retamas o ginestas parecen regocigarse en ello, avaras del agua que guardan.